La Cáscara de Pistacho, resultado de la cosecha y procesamiento de pistachos, ha ganado atención como una opción viable para la generación de calor y electricidad. A través de procesos de secado y compactación, esta cáscara se transforma en pellets o briquetas de biomasa de alto poder calorífico. Estos materiales son eficientes y versátiles, adaptándose a diversos sistemas de calefacción y generación de energía.

La relevancia de la Cáscara de Pistacho reside en su contribución a la gestión sostenible de residuos agrícolas. Transformar un subproducto en una fuente de energía aprovechable disminuye la necesidad de eliminarlo de manera no sostenible y reduce la carga en los vertederos. Esto subraya la importancia de maximizar la utilización de los recursos naturales y minimizar el desperdicio.

Desde la perspectiva medioambiental, el uso de la Cáscara de Pistacho como biomasa es altamente positivo. Al emplear esta fuente de energía renovable en lugar de los combustibles fósiles, se reduce la emisión de gases de efecto invernadero y se disminuye la huella de carbono. Además, su producción local en regiones productoras de pistachos contribuye a la seguridad energética y al desarrollo económico regional.